Siempre se decía que si quieres motivar a un trabajador sólo hay que
subirle el sueldo. Esto es sólo una verdad a medias. El dinero es importante,
por supuesto y es lo que nos motiva a acudir cada día a nuestro lugar de
trabajo pero el sueldo sólo puede ser un detonante motivador a la hora de
cubrir las “necesidades de déficit”, en la línea de la escala de necesidades de
Maslow, pero no funciona en un nivel más superior de “necesidad de ser”, cuando
hablamos ya de autorrealización, crecimiento o desarrollo personal.
Algunas teorías sobre Motivación:
A mediados del siglo pasado hubo varias teorías sobre la motivación humana:
La primera surge en 1954 y es la más conocida, la teoría de la pirámide de Maslow cuya clasificación
de necesidades en 5 niveles ya he mencionado antes.
La teoría de McClelland redujo las necesidades a tres: necesidad de
pertenencia o afiliación, necesidad de realización o logro y necesidad de poder
o control.
A continuación, Holland catalogó los tipos de personalidad en seis
(realista, intelectual, social, conformista, dominante y estética) y los relacionó
con los intereses profesionales predominantes para cada tipo.
Y Daniel Goleman, con una teoría mucho más reciente que
revitalizó el estudio de la motivación, La
Inteligencia Emocional. Para Goleman la capacidad de motivarse a uno mismo
es una de las cinco competencias que forman la IE (Inteligencia Emocional). Las
personas que dominan esta competencia suelen ser más productivas y eficaces en
todo lo que hacen.
De acuerdo a todas estas teorías, el
sueldo puede satisfacer las necesidades de déficit mientras que las necesidades
de ser son continuas y van evolucionando con el transcurso del tiempo. Si bien
es verdad que no todas las personas sienten necesidades de autorrealización, en
el caso de que las sientan ¿cómo cubrirlas?. ¿Subir el sueldo a un trabajador
que siente esa necesidad puede motivarle?. Yo creo que no.
El sueldo en contraprestación por
nuestro trabajo se considera ya como un derecho adquirido, perdiendo así todo
su poder motivador. Si nos suben el sueldo es porque nos lo merecemos, pero si
por el contrario nos lo bajan, por poco que sea, se crea un malestar y una
desmotivación tal que sentimos que nos privan de algo que ya nos pertenecía.
Por todo esto, es importante encontrar otras fórmulas para motivar y más aún es
estos tiempos de crisis donde el empresario no puede motivar a los trabajadores
con dinero.
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