El Liderazgo
Adaptativo precisa una buena dosis de autoconfianza, pasión y constancia, y
exige contar con una cierta credibilidad, comprender a los demás y ser capaz de
conectar emocionalmente con ellos, desarrollar relaciones gana/gana, persuadir,
argumentar y convencer. Desde luego, el Liderazgo Adaptativo no tiene nada que
ver con la posición, la imposición y el poder ejercido de forma arbitraria.
Estas son cinco claves
para la hora de la acción:
Es preciso
distinguir lo que es valioso y esencial de lo que es prescindible. Después
debemos movilizar a las personas para que abandonen su “Zona de Confort” y
aborden nuevas experiencias innovadoras. El objetivo de estos experimentos es
inyectar el mejor de los ADN en la cultura organizativa para que la
organización pueda prosperar en el futuro.
En todo proceso
adaptativo existen tensiones entre valores paradójicos. Por ejemplo, entre
confianza y control, jerarquía y redarquía, foco en las personas y foco en las
tareas, estandarización y diversidad, dirección y cocreación, etc. Hemos de
aprender a gestionar paradojas y a encontrar un equilibrio entre los diferentes
puntos de vista, más que a intentar resolverlas como problemas técnicos. La
tensión y el desequilibrio son connaturales a la gestión de las paradojas.
Evita dar un «sí» o un «no» como respuesta; con frecuencia, la respuesta más
adecuada a una paradoja es: «ambos».
Las pérdidas
implican a menudo una reconfiguración de lealtades, y el desarrollo de nuevas
habilidades. Todo cambio va asociado a una cierta pérdida. Por eso el
cambio y el aprendizaje resultan complicados para la mayoría de las personas, y
pueden convertirse en un proceso doloroso. Has de ser capaz de anticipar y
contrarrestar las conductas reticentes al cambio. Lleva más a menudo tu Yo
emocional al trabajo. La empatía y la manifestación adecuada de las emociones
son necesarias en las gestión de las pérdidas que todo cambio conlleva
Las personas son
parte del problema y de la solución. Las “partes interesadas” tienen la
responsabilidad de la solución de los problemas. No puedes quitarles el
problema de encima. Los desafíos adaptativos exigen que sean las mismas
personas las que se enfrenten a las nuevas realidades y cambien algunas de sus
prioridades, actitudes y comportamientos con el fin de prosperar en un mundo
cambiante.
Los retos de
adaptación requieren experimentación y marcos de tiempo más largos que el
trabajo técnico. Resolver esta situación es más complejo de lo que parece. La
experimentación requiere aceptar el fracaso y exige tiempo, lo que muchas veces
va en contra de las demandas organizativas, muy orientadas a los resultados “a
corto”. Tienes que ser persistente y debes estar dispuesto a soportar la
presión que la organización ejerce para que tomes “atajos”.
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