martes, 9 de abril de 2013

Las Leyes del Tiempo

De entre los muchos autores que se han ocupado de este tema, algunos han enunciado "leyes" de aplicación universal al tiempo.

1.ª De Pareto, también conocida como La Ley del 20/80, que dice:
“El 20 por 100 del tiempo de trabajo contribuye al 80 por 100 de los resultados, y viceversa”.
Por lo tanto, lo más eficiente es que identificar ese 20 por 100 de tu tiempo. Es uno de los conceptos más útiles para la productividad personal.
En cuanto a la gestión del tiempo, podemos resumirla de la siguiente manera: cumplir el 20 por 100 de tus tareas más importantes producirá aproximadamente el 80 por 100 de los resultados que debes alcanzar. Por eso es tan importante establecer prioridades.
Una forma muy utilizada de la Ley de Pareto se denomina “análisis ABC”.
Nos enseña que el 15 por 100 de las actividades genera el 65 por 100 de los resultados; este grupo de tareas lo denominaremos “A”.
Otro grupo de tareas “B” produce el 20 por 100 de los mismos.
Finalmente, el 65 por 100 restante de actividades ”C” aporta sólo el 15 por 100. Por tanto las tareas “A” deben sernos absolutamente prioritarias; las “B” podremos delegarlas y las “C” las delegaremos.

2.ª De Parkinson.
Su conocida ley dice que “el trabajo se expande hasta llenar el todo el tiempo disponible”, es decir, “todo trabajo se dilata indefinidamente hasta llegar al tiempo total disponible para su realización”.
O sea, las personas nos adaptamos de manera intuitiva para terminar el trabajo cuando debemos, independientemente del tiempo asignado al comienzo.

3.ª De Swoboda o de los ritmos biológicos.
Que señala que “cada persona se encuentra sometida a múltiples cambios biológicos, que deben ser tenidos en cuenta a la hora de programar sus actividades”.
Por su parte, Jovanovic, al estudiar el rendimiento diario, llegó a la conclusión de que éste evoluciona o describe una forma ondulada, en la que el máximo y el mínimo rendimiento se dan al principio y al final de la jornada, así como al principio y al final de la semana.
Además, descubrió que hay personas que se levantan plenas de energía y dinamismo y que, a medida que la jornada va avanzando, se van apagando poco a poco, es decir van de más a menos. Por el contrario, a otras personas les ocurre todo lo contrario. La diferencia entre unos y otros no es cultural, sino que va escrita en nuestro genoma; hay un reloj biológico en el hipotálamo que marca la ocurrencia de los ritmos biológicos.
Por lo tanto, para ser más eficiente, se han de conocer las horas en las que más suele rendir, y organizarte en consecuencia.

4.ª De Murphy. Sus tres leyes son así de claras:
  1. “Nada es tan sencillo como parece al principio”.
  2. “Todo lleva más tiempo de lo que se pensaba al principio”.
  3. “Si algo puede ir mal, irá mal”
Las tres apuntan a una solución: hemos de planificar meticulosamente nuestro tiempo, en previsión de dificultades.

5.ª De Acosta ha formulado cuatro leyes:
  1. “El tiempo que requiere una tarea crece cuando la interrumpimos y la reanudamos”. Y la ilustra “con una cuerda. Cada vez que la cortemos, para empalmarla será preciso realizar un nudo que reducirá su longitud. La mente humana funciona de un modo análogo: no cabe retomar una tarea en el punto en que se interrumpió; siempre hay que hacer un "nudo" mental, e incluso físico. Y cada nudo implica pérdida de tiempo.
  2. “Para una tarea corta siempre hay un minuto; para una larga nunca hay tiempo”. Y la explica así: “Es más difícil aparcar un camión que una moto”.
  3. “Lo perfecto no resulta rentable”. Y se explica de la siguiente manera “Es fácil ser perfeccionista en cosas poco importantes y chapuza en las que sí lo son. Conviene dedicar más tiempo a las importantes y menos a las que no lo son”.
  4. “La excelencia requiere dedicar cuatro veces menos tiempo a lo que sólo es urgente para poder dedicar cuatro veces más tiempo a lo que sólo es importante”. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario